Carmen Gómez Menor y Carlos Magro —— Proyecto PROA, identidad y posicionamiento para la relevancia 

“¡Es la comunicación, estúpido!”, diría hoy el estratega Carville que en 1992 contribuyó a llevar a Bill Clinton a la presidencia de los Estados Unidos. La misma premisa sirve para las empresas, los dirigentes o cualquiera que aspire a ocupar un liderazgo en un mundo cambiante. La volatilidad, la incertidumbre y los desafíos a los que nos enfrentamos hacen todavía más importante construir una estrategia que vincule todas y cada una de las decisiones de esos líderes con el propósito de su organización. Pero no es suficiente: sin una comunicación que empatice con y se anticipe a las necesidades de aquellos a los que queremos vender un servicio o un producto, todos nuestros esfuerzos serán irrelevantes.

Y esto, que parece obvio, requiere una actitud continua de escucha activa, reflexión y toma de decisiones que impacten positivamente en nuestros stakeholders, aquellos que tienen la llave para la supervivencia de nuestro proyecto profesional. Requiere hacerse continuamente 3 preguntas: ¿a quién nos dirigimos?, ¿estoy ofreciendo lo que necesitan?; y, ante todo, ¿piensan en mí para satisfacer esa necesidad? La respuesta obliga a las marcas a evolucionar continuamente, y a tener como objetivo último ser una solución a las necesidades que plantea el contexto en cada momento, o dejarán de ser relevantes e irremplazables.

Cuando PROA nos propuso el desafío de ayudarles en esta evolución necesaria tras sus primeros 10 años de vida, en un momento tan complejo como el actual, nos encontramos con un verdadero cofre del tesoro. Un proyecto con alma, con una personalidad y unos valores muy definidos, y que practicaba la nada común filosofía de una vuelta a lo esencial, a la sensatez, a la discreción y a la reflexión, frente al derroche, los fuegos artificiales y la carrera por figurar que tanto abundan en el panorama actual. A lo largo de no pocas sesiones de trabajo con las dos socias directoras, Lucía y Valvanuz, y parte de su equipo, fuimos poco a poco sacando a la superficie todo aquello que proyectaban en su praxis profesional, tras una década dando servicio y haciendo brillar a otros. Descubrimos que los valores tenían una importancia capital en su día a día. Estar a la altura de sus clientes, ofrecerles un servicio justo y discreto y perseguir la excelencia en todos los puntos de contacto constituían su particular hoja de ruta. Nos encontramos también con un equipo cohesionado y muy habituado a la flexibilidad que demandan las organizaciones actuales, con pasión por el oficio de comunicar, y una obsesión por el detalle que les lleva a ser uno con el cliente, eliminando barreras jerárquicas que encarezcan y dificulten su trabajo. En definitiva, una consultoría de comunicación eficaz, naturalmente preparada para las exigencias del entorno actual. Un entorno que ha visto acelerada la necesidad de recuperar lo esencial, eliminar lo que nos sobra, y aportar pensamiento crítico y prudencia al exceso de ruido y a la precipitación que nos impone el día a día.

Y así emergió otra nao, más madura y sofisticada, pero con el mismo armazón original, en condiciones óptimas para dejar atrás la tormenta con la que comenzó 2020 y con el claro propósito en el horizonte de ayudar a sus clientes a poner rumbo al crecimiento.

Cabe la reproducción de este texto siempre que se mencione a PROA como su fuente original


 

Carmen Gómez Menor
Consultora de Comunicación

 

Carlos Magro Mtnez-Illescas
Consultor de Branding

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