Carne artificial y carnes rojas

Estamos siendo manejados por empresas interesadas en denigrar un producto para vender el suyo. Está pasando con la leche, para vender las mal llamadas leches vegetales y, con la carne.

Al comer carne estamos aportando a nuestra salud la mayoría de nutrientes imprescindibles para que nuestro cuerpo funcione, como proteínas y minerales.

La carne también cuenta con aminoácidos libres, péptidos, creatina, nucleótidos, hidratos de carbono y ácido láctico; así como ocho ácidos grasos diferentes, entre los cuales el oleico, que es el 42% en la carne de ternera. En cuanto a las carnes rojas, hay que mencionar que son ricas en hierro fácilmente asimilable, y debiéndose comer al menos una vez por semana.

Al contrario de lo que se piensa, las grasas saturadas de la carne no van a constituir ningún peligro ni riesgo cardiovascular según las ultimas investigaciones. La carne de cerdo tiene grasas saturadas, pero no se ha podido demostrar que causen problemas cardiovasculares como se comenta. El jamón serrano o el lomo de cerdo son muy beneficiosos ya que contienen menos colesterol que el pollo o el pavo.

Pero todo lo dicho se puede venir abajo si comemos las carnes ultra procesadas, porque estas están llenas de conservantes, sal, azúcar, potenciadores de sabor, conservantes, antioxidantes y féculas. Esas carnes ultra procesadas tienen relación con el cáncer y enfermedades inflamatorias, así como alteran sobremanera la flora intestinal.

Nuestros intestinos están colonizados por millones de bacterias sin las que no podríamos vivir. Ellas nos pueden alargar la vida, pero sí poner a punto nuestro sistema inmunitario o defendernos del cáncer intestinal. Se trata de alimentarlas adecuadamente.


José Antonio Rodríguez Piedrabuena 
Especialista en Psiquiatría y Psicoanálisis. Especialista en formación de directivos, terapias de grupo y de pareja

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