Cómo afectará el coronavirus a los mercados y las economías global y española

La crisis del coronavirus está generando un impacto muy negativo tanto en la vida cotidiana de las personas como en los mercados, la economía y la política. Un reciente informe de Arcano Economic Research explica las consecuencias de esta enfermedad en estos ámbitos, y los escenarios que se pueden dar a posteriori. Según la entidad, el mayor reto que tienen los gobiernos es alcanzar un equilibrio entre cómo contener la pandemia, y cómo evitar el daño a la actividad económica.

Búsqueda de equilibrio

La gravedad de esta epidemia radica en que no existe todavía una vacuna.  Eso hace que los contagios se intensifiquen rápidamente, provocando el colapso de los sistemas hospitalarios. Para medir su nivel de infectación, los expertos manejan dos ratios: la tasa de contagio o Ro, que indica cuántas personas estarían infectadas si nadie, ni la gente ni los gobiernos, hiciera nada. Y la tasa de contagio efectivo o Re, que mide este nivel una vez se han aplicado medidas de contención. Sirve para medir hasta qué punto son efectivas.

Los gobiernos se han marcado como objetivo pasar del 2,3 de Ro a un nivel por debajo de 1 en el  Re. Porque llegar a esta cifra supone derrotar a la enfermedad con medidas de contención, lo que abre la puerta a retomar la actividad económica. China, Corea y Japón están llegando a este escenario.

Impacto en la economía global

El pánico que provoca la pandemia retrasa sine die las decisiones de consumo e inversión. Ello perjudica a la oferta, porque las compañías frenan la producción, y a la demanda, porque los consumidores dejan de consumir. Entre ambos generan el 80% del PIB, de ahí la relevancia de la enfermedad. Por ello, Arcano Economic Research estima que el crecimiento global pasará del 3,4% de media en los últimos 10 años, a menos del 2,5%, el peor desde 2009.

Por zonas, el mayor afectado será China, que sufrirá una caída muy intensa del PIB el primer trimestre, y los países emergentes. La zona OCDE sufrirá el impacto en el segundo trimestre. La recuperación llegará en el segundo semestre, pero a distintas velocidades; en China y emergentes en forma de “raíz cuadrada” (bajada seguida de crecimientos nulos o bajos varios trimestres) , y en el resto en forma de “U” (bajada seguida de crecimiento plano en un trimestre y subida brusca en el siguiente).

El motivo: China tendrá que asumir daños estructurales en su economía. La crisis de liquidez en las pequeñas compañías y el estallido de la burbuja inmobiliaria, afectarán al sistema bancario y provocarán la caída del PIB en el primer trimestre entre el 2-3%.

El modelo de crecimiento chino, basado en el outsourcing para el “supply chain” o cadena de suministro, tendrá que cambiar al “insourcing”, es decir, uso de recursos propios, no externos, lo que supondrá una amenaza para el sector industrial chino, que supone el 43% del PIB. A  lo que se añade la caída demográfica, que dura ya seis años. En este duro entorno, China tendrá que gestionar un alto nivel de deuda pública, lo que seguramente ralentizará la recuperación de su crecimiento.

Respecto a Europa y Estados Unidos, el impacto en el primer trimestre será cero, porque los datos de febrero no indican que la actividad está bajando.  Los indicadores ISM (encuestas a gestores de compras) sí muestran fuertes bajadas en el segundo trimestre, y habrá que ver en qué se traducen respecto al empleo. Otro dato a vigilar será la capacidad de los bancos de inyectar liquidez al sistema, especialmente a las pymes, que generan  la mayoría de puestos de trabajo.

En la zona emergente, se están produciendo las peores fugas de capitales en muchos años, debidas  a la  caída del precio de las materias primas. Una situación peligrosa, y que puede provocar quiebras en países que han abusado de la deuda, como ha sido el caso del Líbano.

Impacto en mercados: volatilidad

Al igual que en 2008, los mercados están sufriendo un shock de liquidez. Sin embargo, en aquel entonces los bancos de inversión facilitaban liquidez en las mesas de trading, lo que la regulación actual no permite. El resultado son unos mercados muy ilíquidos, un factor que impulsa la volatilidad.

Así, la bolsa americana ha alcanzado volatilidades del 50%, cuando su media histórica es el 19%. Sólo durante la crisis de Lehman Brothers, la volatilidad alcanzó el nivel récord de 89%, frente al 40% al que llegó en la segunda guerra mundial, cuando Hitler invadió Francia.

Hay otro factor que impulsa la inestabilidad en los mercados, el trading algorítmico o las ventas cuantitativas gestionadas por robots. Son herramientas que replican el comportamiento de la bolsa, tanto en las ventas como las compras, amplificando la volatilidad.  Se calcula que en sólo una semana, la bolsa USA perdió 50.000 millones de dólares por este motivo, aunque cuando llegue la contención de la epidemia, el rebote del mercado será mayor gracias a la gestión cuantitativa.

Impacto en las clases de activos

  • Bonos soberanos: Los inversores están buscando refugio en los bonos soberanos, pero discriminan y eligen los países más fuertes, por lo que aquellas economías emergentes más frágiles -por ejemplo, Turquía- pueden sufrir.
  • Divisas: Suben el yen, el franco suizo y el euro a costa del dólar. El motivo, los inversores se suelen poner largos (compradores) en divisas que pagan rentabilidad, y se financian en divisas con rentabilidad cero o negativa. Para obtener ganancias con el spread o diferencial.

En el entorno actual, se están vendiendo las divisas en las que el mercado ha estado largo, y se recompran aquellas con las que se ha financiado:  el yen, el franco, y el euro. En consecuencia, el dólar está en mínimos históricos, y crece la debilidad en divisas emergentes. Por lo que, si un país emergente se endeuda en dólares pero recauda en divisa local, tiene serios problemas de liquidez.

  • Mercados monetarios: Los mercados monetarios están viviendo una inundación de liquidez. En Estados Unidos, la Fed anunció que subía la intervención diaria a 150.000 mills dólares en el mercado de repos, para dar liquidez en el interbancario a los bancos que quieren prestar a otras entidades financieras asiáticas o europeas. Este escenario no es comparable al de 2008, cuando el sistema bancario tenía problemas de solvencia, lo que era peligroso para la economía. Hoy en día los sistemas bancarios son más solventes, y tienen acceso a liquidez con mayor facilidad. Por tanto, se trata de una situación temporal.
  • Mercado de crédito: El foco del mercado está puesto en el segmento Investment grade. En Estados Unidos, la falta de liquidez puede generar un problema si llega la recesión,  y se produce la reclasificación de los bonos BBB- a bonos BB+; en ese caso, no habría dinero para comprar bonos con este rating. Por el contrario, la situación de los mercados High yield es devastadora: sin liquidez, enormes caídas de precios, cierre del primario, y aumento de la tasa de default.
  • Renta variable: Nos encontramos en un bear market, con correcciones del 30% o superiores. El mercado está anticipando recesión, pero de las últimas siete situaciones de bear market, sólo en dos se ha confirmado la recesión. Por lo que, cuando se descarte este escenario, el dinero volverá rápidamente al activo equity.
  • Materias primas: Las más sensibles al ciclo atraviesan una fase de debilidad, caso del zinc y el cobre. El petróleo descuenta una demanda menor, por una cuestión geopolítica. En el pasado, el cartel de producción de la Opep intentó llegar a un acuerdo con Rusia para seguir produciendo. Sin embargo, Rusia se negó para encarecer el precio y perjudicar a EEUU.

En esta tesitura, Arabia Saudi ha decidido aumentar la producción para mantener los precios bajos y evitar quiebras en bonos corporativos (high yield) de distribuidores de crudo, y para sacar del mercado a Rusia. Un entorno de nerviosismo acentuado por el coronavirus. En el corto medio plazo son malas noticia para países como México, cuyos ingresos dependen en una cuarta parte del precio del petróleo.

Impacto en la economía española

El motor de la economía española es el turismo, porque el 12% del PIB español lo genera este sector. La mitad es internacional y la mitad doméstico, aunque el más relevante para nuestra economía es el internacional.

Parece razonable estimar una caída de ingresos de la temporada de Semana Santa del 50%. La Semana Santa supone el 15% del total de ingresos que genera el turismo internacional. Si el coronavirus se contiene antes del verano, la temporada de verano no se verá afectada.

Donde puede haber un impacto más serio es en la caída de las inversiones en el segundo trimestre: menos gasto empresarial, menos consumo, frecuentes ERES y ERTES en las pequeñas y medianas empresas, que representan el 60% del PIB y el 80% del empleo y un descenso de las exportaciones de bienes. Merece la pena destacar el caso de China, porque exportamos a este país por valor del 0,5% del PIB, y al año nos visitan 500.000 turistas chinos. Por último,  el mercado inmobiliario  sufrirá retrasos en la compra de viviendas por la caída de la demanda.

Pero no todo el impacto va a ser negativo. La caída de precios del petróleo puede beneficiar a nuestra economía, porque gastamos el 2% de nuestro PIB en crudo y productos derivados. Y a medida que China recupere su capacidad de producción y sus inventarios -está en una fase mucho más avanzada de contención de la epidemia que España-  el efecto beneficioso sobre la economía española será mayor.

En conclusión, los expertos de Arcano Economía Research vaticinan una caída del PIB español por el coronavirus del 0,6%. Y una subida del 0,2% por efecto de la bajada del precio del crudo. A cierre de 2020, la estimación de crecimiento se sitúa en el 1,3%, un nivel insuficiente para crear empleo.

Pese a ello, dado que la recuperación de nuestra economía será en forma de “U”, el cuarto trimestre volveremos a la normalidad, estableciendo las bases de un crecimiento más sólido y estable en 2021.

A nivel global, los analistas descuentan una vuelta a la normalidad en los meses de mayo-junio y un segundo semestre de crecimiento. En los mercados, la reacción puede ser muy positiva en algún momento del segundo semestre, teniendo en cuenta los precedentes. En 2008, el PIB mundial cayó -0,1%. Gracias a los síntomas de reactivación de la economía que se empezaron a notar en marzo, 2009 fue el mejor año de la historia en Bolsa.


Javier Ferrer
Responsable del Área de Comunicación Financiera de Proa Comunicación

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