Premios Oscar 2019: comunicación y rectificación de una Academia ebria de sí misma

No necesariamente todo lo que rodea los Premios Oscar tiene una vocación cinematográfica. Las historias de éxito, los fracasos, los discursos reivindicativos o las injusticias son parte necesaria dentro de toda Gala de los Oscars. Su edición 91 estaba destinada a hacer historia, pero tornó la mirada para abanderar un inmovilismo aparentemente caduco, aunque firmemente arraigado en la desgastada estructura de una Academia tan previsible como indescifrable. Torpe campaña por pretender modificar esto.

Cinco son los hitos que evidenciaban una voluntad de cambio por parte de la Academia –o eso quería mostrar-. Sin embargo, el inicio de la campaña de comunicación fue, sin lugar a dudas, fallido. Un retroplanning condenado a fracasar desde la primera toma de decisiones. En pleno verano, el 8 de agosto, la Academia anunciaba la creación de una nueva categoría que se unía a la tan inflada como necesaria parrilla de los premios, el premio a la mejor película popular, una aberración para conectar más con una audiencia que había caído en picado en los últimos cinco años. Precisamente, el mismo público al que hubiesen dotado de protagonismo, fue que el que no aprobó una decisión más propia de los MTV Awards, y el 6 de septiembre la organización rectificó. Primera gran comunicación y primera rectificación. Agosto y septiembre en boca del público a varios meses de la Gala. Acción y reacción, audiencia agitada en época estival.

Evolución de las audiencias de los Oscars en los últimos años

El segundo hito fue la designación del cómico Kevin Hart como presentador. Dos días después, el 7 de diciembre, un chiste homófobo publicado en Twitter en 2015 acabó con su condición de presentador, dejando a la Academia sensiblemente dañada. Semanas de rumores, amagos de rectificación por parte del cómico, acabaron demorando una Gala que finalmente se decidía por un formato carente de presentador.

El tercer hito fue comunicar que, de las cinco nominadas a Mejor Canción, tan solo dos serían representadas (‘Shallow’, de A star is born y ‘All the stars’, de Black Panther), lo que desató otra polémica que tuvo que solventar anunciando, tan solo una semana después, que finalmente todas serían interpretadas sobre el escenario. A pesar de la rectificación, problemas logísticos impidieron a Kendrick Lamar y a SZA interpretar ‘All the Stars’.

El cuarto hito afectaba a los actores y actrices, desvinculando la entrega de los premios de casting de las estrellas que habían sido premiadas el año pasado. Atendiendo a la historia, era injusto privar a Gary Oldman, Allison Janney, Frances McDormand y Sam Rockwell de entregar los premios que ellos mismos alzaron un año antes. Una vez más, rectificación, aunque esta se demoró hasta el 20 de febrero.

El quinto y más disparatado fue la idea de que, con la intención de aligerar la Gala, no serían televisadas cuatro categorías: fotografía, maquillaje y peluquería, montaje y cortometraje de ficción. Analizando fríamente esta opción, independientemente de cuáles fuesen las cuatro categorías elegidas, las reivindicaciones de distintos pesos pesados dispuestos a ganar titulares criticando la decisión habría servido para tumbar esta elección. Sin embargo, fue aún mejor porque las cuatro categorías eran de tal calado que inspiraron a Cuarón, ganador del Oscar a Mejor Director, a criticar brillantemente a la organización: «en la historia del cine, existen obras maestras sin sonido, sin color, sin historia, sin actores o sin música. No hay una sola película que haya existido sin fotografía y sin montaje». Ocho días antes de la ceremonia, la Academia vuelve a rectificar por quinta vez por la presión de figuras como Martin Scorsese, Robert De Niro, Brad Pitt, George Clooney y Quentin Tarantino, entre otros.

Así, con cinco hitos de comunicación y rectificación, la Gala casi parecía lo de menos. De hecho, no hay crónica amena posible de una ceremonia condenada a ser, per se, eternamente aburrida. Sin embargo, la emoción de cada estatuilla va in crescendo y, como cada año, los números musicales sirven a la causa… pero nunca es suficiente. Verdaderamente destacable la interpretación de ‘Shallow’, la canción ganadora de la noche contó un Bradley Cooper notable como antesala a una de las grandes estrellas: Lady Gaga. Paradójicamente, encarnó a la perfección el espíritu Oscar: emoción y euforia pese a la certeza.

Y, como certeza, el amor, el amor por lo clásico, por lo sencillo, por una vuelta a casa de Navidad agradable, emotiva y sutil, el amor por América, el amor por Green Book. Peter Farelly, director de la obra premiada con el gran galardón, afirmó: «se trata de amarnos unos a otros a pesar de nuestras diferencias y descubrir la verdad sobre quiénes somos… porque somos las mismas personas». Y precisamente, la Academia sigue estando compuesta por las mismas personas, sigue asentada en el inmovilismo y, mientras eso suceda, privará a todos de ver premiada, por enésimo año consecutivo, a la mejor cinta del año. En este caso, con diferencia, Roma.

El resultado fue la sencillez, aplastante, demoledora y vacua. Una sencillez que duró poco más de tres horas frente a las cuatro del año pasado, una de las ediciones con menor audiencia de la historia reciente. ¿Los datos de audiencia? Mejoría moderada (29´6 millones respecto a los 26´5 del año pasado), suficiente para frenar la sangría de los últimos años y para impulsar a una Academia ebria de sí misma. ¿El precio? El desgaste reputacional tras cinco rectificaciones y tras negar el gran premio a la incontestabilidad de Roma. Farelly, Green Book e inmovilismo; actor de reparto, guion original y película, en resumen, polémica posteridad.

El equipo de Green Book recoge el Oscar a Mejor Película

Cronología de la campaña de los Oscars por recuperar audiencia

8 de agosto – Anuncio de creación de la Mejor Película popular.

6 de septiembre – La Academia confirma no seguir adelante con la nueva categoría.

5 de diciembre – La Academia anuncia a Kevin Hart como nuevo presentador de los Oscars.

7 de diciembre – Kevin Hart renuncia a presentar la Gala por la publicación de unos tweets homófobos en 2015.

24 de enero – La Academia anuncia que solo dos de las cinco nominadas a Mejor Canción serán interpretadas en la ceremonia.

31 de enero – La  Academia anuncia que todas las canciones nominadas a Mejor Canción serán representadas en la Gala.

5 de febrero – La Academia se desvincula de la tradición de ceder el honor de entregar los cuatro premios de reparto a los actores y actrices premiados en la anterior edición. Allison Janney: “Me rompe el corazón”.

11 de febrero – La Academia anuncia que, para aligerar la duración total de la Gala, las categorías de fotografía, maquillaje y peluquería, montaje y cortometraje de ficción, serán entregadas durante la publicidad.

16 de febrero – La Academia rectifica y confirma, tras recibir un comunicado colectivo (firmado por Martin Scorsese, Quentin Tarantino, George Clooney, Brad Pitt y Robert De Niro, entre otros), que las cuatro categorías serán finalmente retransmitidas.

20 de febrero – La Academia rectifica y confirma que los cuatro actores y actrices premiados el año pasado entregarán los premios de Mejor Actor, Mejor Actriz, Mejor Acto de Reparto y Mejor Actriz de Reparto.

24 de febrero – ‘Green Book’ se alza con la estatuilla a Mejor Película.



Álvaro Ramos Izquierdo
Consultor de comunicación senior, apasionado de la condición eminentemente artística del cine y, sin embargo, mitómano de los Premios Oscar.

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