“El cerebro es el objeto más fascinante del universo. Cada cerebro humano es diferente, el cerebro hace a cada ser humano único y define quién es”
Stanley B. Prusiner
(Premio Nobel de Medicina, 1997)
Los descubrimientos sobre el cerebro y su funcionamiento son muy interesantes tanto para científicos como no científicos. Las noticias sobre los avances en el campo neurocientífico hablan de curar enfermedades, mejorar nuestro sistema educativo, desarrollar estrategias de venta más eficaces o responder a preguntas sobre los sueños, emociones o adicciones.
Quizás la teoría del cerebro triuno no esté aceptada por la totalidad de la comunidad científica, pero su base es muy sencilla y se usa en el mundo de los negocios para explicar los mecanismos de toma de decisiones que tenemos actualmente los seres humanos. Nuestro cerebro es el sistema más complejo que se conoce por lo que, si queremos entenderlo, es necesario encontrar patrones y regularidades en su funcionamiento y estructura, buscando explicaciones útiles y simples.
Paul MacLean, médico norteamericano y neurocientífico, desarrolló en 1970 la teoría del cerebro triple. De acuerdo con esta visión, el cerebro había experimentado tres grandes etapas de evolución como consecuencia de las cuales los mamíferos superiores tienen tres cerebros en uno: el reptiliano, el sistema límbico y la neocorteza. Cada uno de estos tres sistemas cerebrales tiene sus propias lógicas de funcionamiento y han ido apareciendo en nuestra línea evolutiva de manera secuencial, el uno sobre el otro.
- El cerebro Reptiliano es el cerebro primitivo que ha garantizado nuestra supervivencia a lo largo de millones de años y que se basa en los instintos: es funcional, territorial y busca preserva la vida. Al ser el primero en aparecer sería la estructura que lleva a cabo las funciones más básicas y más importantes para sobrevivir y actuar.
- Posteriormente apareció el cerebro Límbico, el de los mamíferos inferiores, una parte más evolucionada del cerebro reptiliano que decide si algo es agradable o desagradable y se encarga de regular nuestras emociones y sentimientos. Gracias al cerebro emocional podemos amar, odiar, estar tristes, confiados o preocupados.
- Finalmente, el tercer cerebro según la teoría de Paul MacLean es el Neocórtex, llamado así por ser la capa evolutivamente más moderna del cerebro. Es el que más nos diferencia de los animales, siendo la estructura más externa del cerebro humano y el centro del pensamiento lógico y racional. Nos permite tener conciencia y controlar y entender las emociones: no sólo sentimos, sino que encontramos la lógica y podemos modular y gestionar estos sentimientos.
Esta sencilla teoría del cerebro triuno de MacLean nos ayuda a analizar y entender los tres aspectos que configuran la toma de decisiones: hacer-sentir-pensar. Si seguimos el orden evolutivo anteriormente explicado, primero haríamos, luego sentiríamos algo y finalmente lo analizaríamos. ¿Qué ocurre cuando esta es la secuencia en nuestras actuaciones? Que nos dejamos llevar por los instintos, que no controlamos nuestras emociones, que reaccionamos: es esa parte del ser humano que nos pone en el mismo plano que un lagarto o un cocodrilo, el lado primitivo que nos empuja a actuar como lo hacen los reptiles desde hace millones de años.
Según el psicólogo Daniel Goleman, padre de la Inteligencia Emocional, la gestión positiva de las emociones es más determinante para el éxito que el coeficiente intelectual. Por lo tanto, podríamos hablar entonces de un Coeficiente-Intelectual-Financiero: 90% emocional y 10% información técnica sobre finanzas. De ahí la importancia de que entendamos nuestro cerebro y tengamos consciencia de nuestras emociones para dotarlas de inteligencia al relacionarnos con el dinero. Teniendo en cuenta que el Coeficiente-Intelectual-Financiero tiene poco de teoría, la base para tener una economía sana y estar a gusto con la situación se basa en conocerse a uno mismo.
Analiza como actúas, cuál es tu orden en la toma de decisiones, qué cerebro predomina según qué aspecto de tu vida estás considerando, y hazlo en concreto con el dinero. Cuando gastas, ahorras o inviertes, ¿piensas antes de actuar?, ¿te dejas llevar por la emoción, por querer aparentar?, ¿no analizas lo que vas a hacer hasta que ya no tiene remedio? Si no queremos dejarnos llevar por los instintos ni las emociones hay que poner atención en los actos y ser en todo momento conscientes de lo que se hace o decide. Y lo importante primero es que seas consciente de como tomas las decisiones, sin juzgarte ni criticarte. Como decía Stephan Covey “Sé paciente contigo mismo. El autocrecimiento es tierno; es terreno sagrado. No hay mayor inversión”.
Las referencias que en estos artículos se hacen a las estructuras cerebrales se realizan desde un método simplificado, no exhaustivamente científico, con el fin de facilitar su comprensión y aplicación a la vida cotidiana.
Próxima semana: Utiliza tu cerebro para tomar buenas decisiones.
Rocío Ledesma del Fresno
Licenciada Summa Cum Laude en Dirección y Administración de Empresas con un Minor en Economía por The American University of Paris, además de haber realizado un Master en Finanzas en ICADE. Recientemente finalizó un Máster de Inteligencia Emocional en el Instituto Hune.
Durante 25 años fue Directora de los Departamentos de Innovación y Productos en Banif y Andbank. Actualmente es Manager en Dextra Corporate Advisors, boutique independiente de M&A y corporate, y consejera en Navis Capital Desarrollo, SGEIC, gestora de fondos de inversión alternativa registrada en CNMV. También forma parte de la asociación WA4STEAM, una comunidad internacional de mujeres business angels que buscan ampliar la presencia femenina en los campos STEAM, proporcionando no solo capital, sino también convirtiéndose en un socio estratégico para las futuras líderes.