Los fondos de capital riesgo se están configurando como una alternativa cada vez más sólida y creíble para inversores que buscan atractivos rendimientos con menor riesgo. Esta es una de las conclusiones de un evento reciente celebrado en Madrid, en el que se analizaron las perspectivas del sector actuales y futuras en el mercado español.
A cierre del primer semestre de 2019, se habían lanzado 244 fondos a nivel global, un 39% menos que en 2019, aunque el fundraising (captación de dinero en nuevos fondos) había crecido un 6% respecto al año anterior, alcanzando 109 billones de euros. En Europa, las inversiones en diferentes activos superaban los 80 billones de euros y el fundraising 97 billones de euros, siendo 32 billones de euros la cifra de desinversiones. En España, se invirtieron más de 4 billones de euros -el 82% procedente de fondos internacionales-, con un nivel de fundraising de 625 millones de euros, y desiversiones por encima de 900 millones de euros.
Con estas cifras, el escenario del private equity en España es esperanzador. El AUM total de la industria alcanza 27,5 billones de euros, volumen muy bajo comparado con los 470 billones de euros de la gestión de activos. Y el mercado español sigue siendo uno de los favoritos para los fondos internacionales por su potencial de rendimientos. Baste señalar que, como comentó un ponente, las empresas españolas en las que el capital riesgo había invertido, mejoran sus resultados respecto a comparables: un 18% más de facturación, un 30% más de empleados, y un 4% más de beneficios.
Fondos en España
El capital riesgo es un tipo de inversión en el cual, los inversores o LPs (Limited Partners) inyectan dinero en fondos gestionados por GPs (General Partners). Dinero que se dirige a participar en el capital de empresas de reciente creación que necesitan crecer (Venture Capital), o en empresas más maduras que requieren transformar su negocio, expandirlo, ganar tamaño, u otros objetivos (private equity).
El Capital Riesgo es por tanto una inversión a largo plazo. Tras pasar un determinado periodo en el que se ejercitan los compromisos de inversión y se materializan los cambios en la gestión de las compañías, se realiza la desinversión, que genera elevadas rentabilidades (Hurdle Rate) para los inversores, así como plusvalías generadas por las operaciones del fondo para los GPs (Carry).
Con datos de más de 60 fondos de capital riesgo registrados en España, que aplican diferentes estrategias de inversión (Buyout, Deuda, Infraestructuras, Fondos de Fondos, Venture) y que han completado el ciclo de compromisos de inversión (por tanto, se han cerrado) entre 2018-2019, los expertos hicieron un dibujo muy completo de este tipo de fondos.
El 63% tienen una duración de 10 años, más otros 2 años de extensión. El 70% ofrecen un 8% de rentabilidad anualizada (hurdle rate) al inversor. El 75% distribuyen al gestor un 20% de las plusvalías (carry). Las comisiones de gestión nunca superan el 2%, tasa que se aplica a fondos hasta 99 millones de euros en AUM. A partir de dicho volumen, van bajando hasta el 1,5% cuando el AUM alcanza 1 billón de euros. Por último, el 38% de los fondos permite un endeudamiento superior al 30% de la cartera.
Maduración
La “juventud” del Capital Riesgo frente a otras tipologías de inversión es el factor principal que explica las tendencias que afectan al sector. Según los expertos, el activo está viviendo una evolución natural hacia nuevos productos, nuevas formas de distribución y de participación, y nuevos mercados. Es decir, está madurando.
Además, el entorno de bajos tipos de interés, inestabilidad en la economía y en la política, y volatilidad en los mercados, acompaña este crecimiento del activo, y por ello, ayuda a su madurez. Que se advierte en tendencias como la internacionalización de las firmas españolas (cada vez invierten más fuera del ámbito doméstico), la mayor diversificación de las estrategias y de los productos, y la transformación del mapa sectorial: por un lado, surgen operadores de gran tamaño a consecuencia de procesos de concentración, y por otro lado surgen operadores especializados en nichos de mercado.
Relación gestor-inversor
Otro síntoma de madurez del capital riesgo son las nuevas tendencias en la relación gestor-inversor: la coinversión, y la participación de inversores especializados y cercanos a GPs en las firmas. Los expertos advierten que estos cambios requieren ser explicados a los clientes, por las reticencias que pueden encontrar, y para seguir aportando valor a los inversores y protegerles de los riesgos.
Alta demanda
La elevada demanda de inversiones en capital riesgo se manifiesta en los altos niveles de dry powder (dinero disponible para nuevas inversiones una vez materializada la desinversión en otros fondos), que se han doblado en todo el mundo. En España, el dry powder está todavía por debajo de los años previos a la crisis.
Una alta demanda que ha encarecido las valoraciones de los activos. Ello, sin embargo, no frena la actividad inversora, porque las firmas del sector se han consolidado, cuentan con gestores de alta calidad, y sus procesos de selección de inversiones son cada vez más complejos y elaborados.
Por último, el mundo del capital riesgo se está incorporando a la tendencia de la inversión con criterios de inversión socialmente responsables (ESG). Actualmente, el 14% de los fondos private equity cuentan con políticas ESG reguladas en la documentación legal.
Javier Ferrer
Director del Área de Comunicación Financiera de Proa Comunicación