El vino en tiempos de coronavirus

“De casa de tus artistas favoritos a la tuya”, así se anunciaba #YoMeQuedoEnCasaFestival antes de cosechar 440 mil seguidores en Instagram. Esta iniciativa, ideada por un promotor musical y un reconocido artista, consiguió poner en jaque a la comunidad (traspasando la frontera digital y llenando con su repercusión cuota de pantalla) alcanzando los 130.000 espectadores conectados. Pero mucho más allá, generó una corriente de activismo digital en la que otras industrias, empresas, e incluso individuos, empezaron a llenar minutos en nuestra agenda del confinamiento. Corriente, o torrente más bien, que también empapó el sector del vino.

Llegó el coronavirus y tengo en marcha un proyecto enoturístico… ¿y ahora qué?

El sector del vino representa en España un gran activo, tanto para nuestra economía como para nuestra sociedad y cultura. El vino contribuye a nuestra marca-país, es un reclamo turístico nacional e internacional, contribuye al desarrollo local de manera responsable y sostenible, es símbolo de tradición e innovación y el reflejo del saber hacer de miles de empresas, familias y viticultores de todo el país.

Ante esta situación de paralización, tal y como apuntaba la Asociación Española de Enoturismo en un comunicado, tienen que encontrar una solución apostando por la comunicación. En palabras de su presidente, José Antonio Vidal, “para mantenerse vivos hay que dar señales de ello: si no comunicamos, nadie sabrá de nosotros. En momentos como este, los enoturistas están deseando saber en qué estamos trabajando para sorprenderles. […] La herramienta está en el entorno digital. Se ha de trabajar online en la estimulación del encanto a la vuelta de la vivencia presencial: website contents, app, e-commerce, campañas especialmente amigables de e-mail y redes sociales. Para ello, hoy más que nunca se deben adaptar las webs a una máxima calidad en comunicación y usabilidad: todas nuestras ventanas se pueden convertir en miradores al cielo. No dejemos nunca de comunicar”.

En este contexto, donde las palabras de Vidal no pueden ser más acertadas, Bodegas Faustino Rivero Ulecia ha lanzado una campaña audiovisual para divulgar conocimientos de enología y ayudar al público interesado en vinos a sobrellevar el #yomequedoencasa.

Con esta campaña, desarrollada de la mano de Proa Comunicación, la bodega comparte con los aficionados al vino, a través de su canal de Instagram, nociones básicas, conceptos enológicos, trucos y curiosidades relacionados con el origen y la cultura del vino. Las características que definen cada tipo de vino (blanco, tinto y rosado),  qué caracteriza la Denominación de Origen Calificada Rioja, cuáles son las diferencias entre catar y degustar un vino por uno mismo o las diferentes fases de la cata de vinos.

A través de esta serie de vídeos publicados en el IGTV del perfil, Bodegas Faustino Rivero Ulecia pretende acercarse a su audiencia y aportar contenido de valor con el que reforzar su imagen de marca. De esta manera, y bajo el hashtag #aprendiendoencasa, se traslada la relación con los clientes, desde un enfoque cercano, sencillo y de rápido consumo, al canal social aportando una alternativa de ocio en casa y nutre su proyecto enoturístico en tiempos de confinamiento.

Con este tipo de prácticas, empresas como Bodegas Faustino Rivero Ulecia, además de ayudar, difunden de manera legítima sus productos y servicios. Al mismo tiempo, estrechan lazos o se acercan a posibles compradores o usuarios tras la crisis, ilustrando así que la comunicación tiene una labor imprescindible en momentos de crisis.

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