Ricardo Cuevas —— ¿Qué funcionalidades tiene la IA en la comunicación y las relaciones públicas?

“No se dejen engañar por el concepto de Inteligencia Artificial (IA), porque no tiene nada de artificial: la IA está hecha por humanos, diseñada para comportarse como los humanos y con el objetivo de que impacte en la vida de los humanos”. La profesora de Ciencias de la Computación en Stanford Fei-Fei Li suele insistir a sus alumnos con esta idea.

Con esa premisa y tras leer varios artículos como los de Antonio Ortiz Medina, me propuse interrogar cual Alan Turing vestido de Sherlock Holmes (fácil imaginarse a Benedict Cumberbatch) al Chatbot más famoso del mundo: ChatGPT. Tras unas preguntas de prueba, decidí comprobar cómo podría ser útil al ámbito de la comunicación y las Relaciones Públicas.

Desde el principio, demostró ser mucho más avanzado en sus respuestas que cualquier otro asistente que había probado. Tanto es así que, con una información en escasos puntos, logró escribir una nota de prensa que, sin ser brillante, se entendía razonablemente bien.

Pero ocurre que ChatGPT por ahora no puede trazar estrategias de comunicación completas (sí dar pequeños consejos generales), ni alinearse con otros planes de negocio o de marketing, ni responder específicamente ante situaciones de crisis. Todavía no es, en definitiva, un consultor que resuelva completamente los retos de comunicación y marca de las compañías: si puede hacer algunas tareas, serán incompletas.

Esto no es una postura neoludita, sino más bien al contrario: se trata de hacer un uso responsable de las herramientas. Tal y como señala la consultora estratégica Boston Consulting Group (BCG) en «The Rise of the AI-Powered Company in the Postcrisis World”, incluso cuando la IA se sitúa en el centro de las organizaciones, es crucial evitar una mentalidad de “no humanos”. De hecho, nuestro papel debe elevarse para garantizar que no haya ningún área en la que la IA opere sin control.

Aquí es donde entra el valor de una consultoría de comunicación senior, que sea capaz de responder a cualquier reto y que utilice las herramientas que sean necesarias con suficiente criterio, incluida una IA hecha por personas y para las personas.

*Ricardo Cuevas es director de Cuentas en PROA.

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