El envejecimiento es un factor se debe principalmente a la desregulación de los sistemas destinados a prevenir, reparar y regenerar nuestro cuerpo. Dado que el objetivo de un geroprotector es aumentar la esperanza de vida, El tratamiento debe comenzar antes de que aparezca cualquier enfermedad crónica a y retrasar la aparición de esta relacionada con la edad.
Los mejores métodos antienvejecimiento
La dieta mediterránea, no fumar, dormir mucho y a su hora, una vida en la que no se busca estresar ni que lo estresen, tener un proyecto de mejora personal, eliminar el desorden y la falta de disciplina y pensar en los demás son elementos clave para poder retrasar el envejecimiento natural. Alimentar nuestro cerebro con estímulos culturales, eliminar el alcohol y el tabaco, así como practicar ejercicio ayuda a conservar nuestra salud.
El ejercicio diario de toda la semana reduce la neuroinflamación, aumenta la función mitocondrial, mejora la proteostasis y rescata la neurogénesis deteriorada y activa el sistema inmunitario.
Estos métodos deben apoyarse en distintas sustancias senolíticas que puedan retrasar el envejecimiento y reducir la senescencia, la inflamación y la mortalidad. Algunas de estas pueden ser:
- Fisetina: flavonoide natural que se encuentra en muchas frutas y verduras que al comerlas alargamos la vida. Mejora la homeostasis tisular, revierte el daño tisular relacionado con la edad y prolonga la vida. Fisetina inhibe la actividad de varias citocinas proinflamatorias y no cuenta con ningún efecto secundario adverso.Todos los análisis clínicos dieron como resultado una supervivencia mucho mayor. Los tratamientos se acompañaron de una disminución de la expresión de senescencia y marcadores SASP. Además, los pacientes tratados mostraron mejores respuestas de anticuerpos contra el coronavirus y un rejuvenecimiento parcial del sistema inmunitario a través de la eliminación de células inmunes senescentes.
- Curcumina: polifenol hidrófobo que se encuentra en el rizoma de la cúrcuma. Posee actividades farmacológicas ampliamente estudiadas como anticancerígena, antiinflamatoria, antioxidante y antimicrobiana (Maheshwari et al., 2006). Debido a su naturaleza polifenólica, también se ha estudiado por su enorme potencial terapéutico para retrasar el envejecimiento (Bielak-Zmijewska et al., 2019).También ha mostrado resultados muy prometedores en el tratamiento del cáncer, al ser capaz de inhibir el crecimiento y la proliferación de células cancerosas en una variedad de cánceres, entre los que se incluyen cáncer de mama, cáncer de páncreas, carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello, cáncer de próstata, cáncer colorrectal, cáncer cerebral y glioblastoma.
Sus capacidades antienvejecimiento más que evidentes son:
- Mejora la efectividad de la actividad física.
- Mantiene la diversidad y viabilidad del microbioma. En este sentido, la microbiota tiene capacidad para secretar una enzima, b-glucuronidasa, que mediante deglucuronización mejorando su biodisponibilidad.
- Tiene actividad antitumoral, de manera que puede reducir la progresión de tumores ya existentes.
- Modula el proceso de la autofagia, el cual destruye a las células senescentes, pudiendo prevenir la senescencia celular.
- Inhibe la actividad de proteínas como mTOR y NF-kB, las cuales se consideran proteínas pro-envejecimiento.
- Tiene actividad senolítica, por lo que destruye las células senescentes.
- Cuenta con una actividad antinflamatoria superior a muchos fármacos recetados al efecto.
Además, el estudio publicado en la revista Nature Medicine, concluye también que la urolitina A, metabolito producido por nuestra flora intestinal a partir de unos compuestos que se encuentran en las granadas, es capaz de potenciar la renovación de las mitocondrias, orgánulos responsables de generar la energía de las células evitando el deterioro muscular asociado a la edad.
Mecanismos por los que se produce el envejecimiento
El envejecimiento se debe a la pérdida de proteostasis, mecanismos que utiliza la célula para mantener la población de proteínas, eliminando las mal plegadas o degradadas. Es una red de 1400 proteínas. No obstante, también se puede deber a la desregulación de los sistemas de detección de nutrientes, alteraciones epigenéticas, disfunción mitocondrial, agotamiento de células madre, alteración de la comunicación intercelular. Dicha acumulación de daños celulares es la causa principal del envejecimiento.
La activación aberrante de oncogenes (genes que mutan y generan cáncer) estrés oxidativo, radiación ionizante solar o la autofagia alterada (Proceso por el que la célula descompone y destruye proteínas viejas, dañadas o anormales, y otras sustancias en su citoplasma -líquido en el interior de la célula- y los productos de la descomposición se reciclan para funciones celulares importantes) crean daños en el ADN teloméricos o no teloméricos que alteran la estructura de la cromatina.
Ante estas situaciones, cuando los mecanismos de reparación celular se ven desbordados debido al daño generado en el ADN, la célula entra en fase de senescencia celular a través de la fosforilación de una proteína, la p53, uno de los principales responsables en la detención permanente del ciclo celular, que es la causa de que las células entren en senescencia, aunque no el único. (Kritsilis et al., 2018)
La senescencia es un destino celular provocado, que da lugar a cascadas de factores de transcripción pudiendo causar cambios extensos en la expresión génica, modificaciones de histonas y función de los orgánulos celulares, producción de proteínas elevada y profundos cambios morfológicos y metabólicos. Las histonas se unen al ADN, ayudan a dar su forma a los cromosomas y ayudan a controlar la actividad de los genes. Una fracción significativa de estas células senescentes (SnC) liberan factores inflamatorios, quimiocinas y factores de crecimiento, proteasas, lípidos bioactivos, vesículas extracelulares y factores procoagulantes, produciendo un fenotipo secretor asociado a la senescencia o SASP. Este actúa como un quimioatrayente que estimula la eliminación de células senescentes y vecinas mediada por células inmunes en los organismos sanos. Sin embargo, con la edad avanzada y muchas enfermedades crónicas, las células senescentes se acumulan en la mayoría de los tejidos, presumiblemente debido a la eliminación ineficaz de las mismas por parte del sistema inmunológico y la resistencia a su muerte celular. Esta acumulación conduce a la inflamación crónica estéril, que a su vez conduce a la pérdida de resiliencia y predisposición a muchas enfermedades
También a medida que cumplimos años nuestra flora intestinal se ve afectada. Por lo que una manera de retrasar el deterioro físico y mental será incluir los alimentos para nuestras bacterias intestinales como los prebióticos (se encuentran en alimentos como los granos integrales, los plátanos, las hortalizas, las cebollas, el ajo, las alcachofas o los pistachos) y los probióticos.
“Las bacterias intestinales son capaces de producir sustancias que regulan el equilibrio cardiovascular, por lo que una dieta cardiosaludable asegura que tengamos una buena microbiota intestinal”, señala el DR. Julián Pérez Villacastin, Jefe del Departamento de cardiología del hospital San Carlos