Las empresas de todo el mundo se adentran en 2020 tras una década de expansión y transformación digital a gran escala, sin olvidar los importantes cambios y la polarización de la escena política. “Son muchas las incertidumbres y preocupaciones: esperamos que aumente la volatilidad política y económica, crezca el descontento social y se ralentice aún más el crecimiento. A pesar de todo, las oportunidades se palpan en el ambiente. Los directivos reconocen que, para aprovecharlas, tanto ellos como sus empresas deben estar abiertos al cambio”, destaca Ramón Baeza, Managing Director & Senior Partner de Boston Consulting Group.
Los directivos cada vez más por ese cambio, sobre todo, aquellos cuyas compañías están más preparadas para triunfar en la próxima década. Los seis puntos clave de las agendas de los grandes directivos serán:
No habrá lugar para la mediocridad
En el mundo de los negocios, la fortuna es errática. La velocidad a la que una empresa pasa de la cima a la nada se ha duplicado en los últimos 20 años. Los CEOs más audaces reaccionan gestionando el riesgo de entrar en pérdidas (que pasa por redimensionar las operaciones en los negocios en declive y maximizar el flujo de caja) al tiempo que invierten con determinación allí donde realmente importa. Invertir para triunfar en nuevas áreas suele exigir apuestas generalizadas en las que el enfoque, la firmeza y la velocidad para conseguir escala son vitales. Los equipos mediocres no tendrán cabida en el futuro.
Buscar oportunidades para cambiar las reglas del juego
Los mejores directivos tratan de vislumbrar lo que se avecina. Buscan las fisuras en grandes tendencias para detectar oportunidades y materializan cambios drásticos que tienen el potencial de duplicar, triplicar o cuadruplicar el tamaño o valor de la empresa. Las compañías pueden utilizar muchas técnicas para identificar oportunidades: pueden labrarse un futuro propio; innovar mediante una serie de iteraciones y analizar en detalle datos de patentes. Pueden estudiar exhaustivamente las tendencias del sector de capital riesgo y lo que están haciendo las nuevas empresas, especialmente en lugares menos de moda como el área de la Gran Bahía china e Israel. Los directivos más atrevidos también buscan ciertos tipos de adquisiciones, por ejemplo, compras de negocios deficitarios o en crisis que podrían complementar la cartera de una empresa sólida.
Todas las empresas serán tecnológicas, independientemente del sector
La mayoría de compañías debe reorganizarse para aprovechar las nuevas oportunidades hombre-máquina, independientemente del sector al que pertenezcan. Para ser competitivo en términos de velocidad, producto e innovación, y para contratar y retener a las personas con más talento del mercado, las empresas tendrán que adoptar una arquitectura tecnológica y de datos modular en el back-end, combinándola con procesos muy escalables y equipos Agile en el front-end. Conocemos empresas de servicios financieros que están digitalizando sus ventas masivas y sus negocios de “gestión de relaciones a través de aplicaciones. Las grandes compañías industriales están trabajando para hacerse biónicas y están creando unidades para desarrollar software y plataformas tecnológicas, al tiempo que obtienen valor de sus activos tradicionales. Hay que asumirlo: todas las empresas serán tecnológicas.
Todos los negocios seguirán siendo negocios de personas
Integrar la tecnología como facilitador es crucial para las empresas de todos los sectores económicos. Pero en última instancia, son las personas las que seguirán marcando la diferencia. La transformación solo se puede materializar si se moviliza y capacita a la mayor parte del equipo, se incorporan especialistas en datos y tecnología, y se retiene a los empleados con más talento. Al fin y al cabo, serán las personas las que deberán replantear y rehacer todos los procesos y modelos de negocio. Esto exige equipos motivados y mucho entusiasmo: hay que asegurar que la empresa es un lugar de trabajo que atrae y retiene a las personas más brillantes, sin importar lo tradicional o analógico que sea el sector.
Ser más flexible para organizar y gestionar el trabajo
Demasiadas empresas no saben cómo deshacerse de sus viejas formas de organizar el trabajo. Todas deberían ser más rápidas a la hora de reorganizar el trabajo, intercambiar equipos (y líderes) y validar las novedades con celeridad. Agile@Scale debería ser el mantra. Las empresas que cosechan mayores éxitos siempre están realizando ajustes rápidos, en vez de esperar y realizar movimientos de gran calado. Los directivos con visión de futuro se preguntan con frecuencia si la empresa debe ser propietaria de todas sus unidades de negocio y funciones. Tal vez se puede ser más ágil, crecer más rápido y aumentar la rentabilidad segregando ciertas operaciones y convirtiéndolas en negocios independientes en los que invierte a través de firmas de private equity u otras fuentes externas de capital.
Ser multilocal y definir un propósito beneficioso para la sociedad
Las empresas con éxito abordan cada vez más temas locales que están directamente relacionados con las políticas públicas y la vida de las personas. Pensemos en los gigantes tecnológicos y las enormes cantidades de datos que poseen, y en cómo los problemas de protección de datos sitúan estas empresas en el centro de importantes y controvertidos debates políticos, legislativos y sociales. Las mejores empresas se posicionarán como agentes locales, empáticos y con recursos en las sociedades y comunidades de todo el mundo. Aprovecharán sus capacidades únicas para ayudar a gobiernos, instituciones y organizaciones cívicas a alcanzar objetivos sociales, además de perseguir sus propias metas empresariales.
“Resumiendo, los líderes que quieran estar preparados para afrontar los retos de la próxima década deben apresurarse a adoptar una mentalidad y un enfoque de cambio, independientemente de su éxito actual”, concluye Ramón Baeza.