Comento un artículo salido en Expansión entrecomillándolo, y mis comentarios sin comillas tratando de desintoxicar.
“Es que el consumo de carne ha alcanzado niveles alarmantes”. Mentira. Ha bajado el consumo, así como el de la leche. El año pasado se cerraron miles de granjas en España.
“La ganadería supone un 14,5% de las emisiones totales del efecto invernadero y acapara dos tercios del suelo de uso agrícola (con el consiguiente consumo de agua)”. Otra mentira, las cabras, las ovejas, no contaminan, nos abonan los campos y evitan el uso de los fertilizantes químicos, limpian los montes y consumen los rastrojos impidiendo los incendios y son necesarias para el correcto aprovechamiento de las tierras agrícolas después de la cosecha. Forman parte de la agricultura sostenible.
“La OMS recomienda reducir el consumo semanal de carne roja por debajo de los 500 gramos y reducir al mínimo la ingesta de carne procesada”. ¿Y es que lo que nos quieren vender no es ultra procesada?
“En este contexto, no es de extrañar que la búsqueda de alternativas al consumo de carne constituya uno de los grandes negocios del futuro”. De eso se trata, de hacer negocios, caiga quien caiga, pero primero la propaganda demonizada contra su consumo.
“Este segmento podría mover más de 127.000 millones de euros en la próxima década, según Barclays”. Otra frase para atraer adeptos por si alguno de ellos está despistado cifra que demuestra que se hará lo que sea necesario para eliminar la competencia que supe a que existan animales.
“Ante este panorama, la industria cárnica española ya está dando los pasos necesarios para minimizar el impacto de esta tendencia en su negocio”. Yo diría que la están hundiendo, acomplejando e intentando demonizar para su beneficio; eliminando la carne, nos quitaríamos a la competencia.
“Actualmente las start up están imitando la carne de vaca (ya sea en formato salchicha, filete o hamburguesa) así como la de cerdo y pollo. Otras compañías buscan emular el sabor y apariencia del pescado (Mimic Seafood) e incluso el huevo (Just Egg)”. Si ustedes no se han dado cuenta cuando compran una empanada barata, han de saber que no tiene ni carne ni queso, son sucedáneos y estos quieren meternos en la misma trampa.
«Estos productos presentan la ventaja de ser más respetuosos con el medioambiente, pudiendo ayudar en la transición hacia dietas más saludables y sostenibles». Otra vez la matraca, el engaño y el ponerse del lado de lo saludable y medioambiental. Que ya es la ganadería suelta en el campo.
“El otro gran nicho de mercado es el de la carne cultivada. Consiste en extraer unas cuantas células de un animal, aportarles nutrientes vegetales y hacerlas crecer. De este modo, con un solo animal se obtiene la misma carne que si se hubieran sacrificado cientos o incluso miles”.
Vean la argucia del lenguaje y el mensaje sutil intoxicador; que sobran los animales, que con uno basta y dejemos de matarlos. “Lo cual permite, entre otras cosas, controlar mejor la calidad de cada pieza, minimizando así el riesgo de pandemias como la de las vacas locas”. Argumento falaz, retorcido, dejando caer que nutrirnos con carne nos arriesgamos a pandemias, para influir en nuestras mentes y consumir mediante la pureza de la carne artificial, la ausencia del mal.
“El ‘falso pollo’ cotiza al alza”
Sí, como el falso demócrata, el falso político que maneja el presupuesto con su mente pensando que el dinero no es de nadie, los hijos no son de los padres y tergiversando la Historia para apoyar sus tesis. El negocio de la ‘no carne’ dio sus primeros pasos en Estados Unidos hace una década. Una de las primeras en abrir camino fue Beyond Fundada por Ethan Brown, el primer producto de la compañía fue ‘Chicken-Free Strips’, unas tiras de pollo… sin pollo.
“Filetes libres de enfermedades”. Otro cañonazo a la ganadería y a la verdad.
“¿Se imaginan una hamburguesa sin grasa, más sana, con el mismo sabor (y el mismo precio) que una hamburguesa convencional y además respetuosa con el Planeta? Para ello extrae células animales y les aporta nutrientes vegetales para que el tejido se reproduzca, generando más carne. El sistema permite realizar controles más exhaustivos, escogiendo aquellos ejemplares a los que no se ha suministrado antibióticos y minimizando el riesgo de pandemias de origen animal”. Otro truco mal intencionado para apartarnos de los animales y confiar, machacar la ciencia, acabar definitivamente con la carne y arrojarnos a sus negocios con sus controles exhaustivos que nos alejen de todo mal, el inventado un futuro para sus bolsillos. Por cierto, la grasa en la alimentación es imprescindible para nuestro organismo.
Pensamos la carne como el comer proteínas, ¡y acertamos!, solo que tiene miles de variedades de ellas, que dentro de las células tienen multitud de funciones, como soporte estructural, enzimas, inmunoglobulinas, transporte, formando parte del respiroma, etcétera. Todos estos componentes además de los que citaré son los nutrientes de la carne. Y por mucho que nos embauquen son tan complejas que nunca se podrán fabricar en un laboratorio, ni ensamblar todo ese conjunto de componentes hasta formar un tejido como es la carne, ni que tenga tan maravillosas propiedades. Incluso adenosin difosfórico, la molécula de la energía, que nos dejaría su fósforo tras su paso por el intestino. O el triptófano del jamón, que nos hace dormir mejor y elevar el ánimo.
La carne de crustáceo, de pez, de cerdo, la nuestra, todas están compuestas de células y dentro de las mismas tenemos componentes nutritivos entre los que se encuentran orgánulos como el peroxisoma, el retículo endoplasmático, el núcleo, las mitocondrias, enzimas, péptidos, aminoácidos, hormonas, neuromoduladores, hierro, vitaminas. Receptores, membranas, aminoácidos esenciales, ácidos grasos insaturados, ribosomas donde se termina la fabricación de proteínas cuyo número en una célula puede ser siete mil, y todas diferentes, lisosomas, fosfolípidos. En fin, una inmensa complejidad imposible de reproducir que nos quieren hacer creer que se puede construir en una fábrica. Incluso en impresión 3D. Componentes todos de los que conocemos grosso modo su capacidad nutritiva, pero no se ha estudiado qué hace nuestro cuerpo con toda esa complejidad en detalle, que nos aportan, componente a componente cada uno de los cuales es un elemento que se suma a la riqueza que suponen para nuestro organismo su consumo.
Dejamos de ser simios cuando empezamos a comer carne que permitió aumentar el volumen de nuestro cerebro, no lo olvidemos. Se está proyectando sobre la carne lo demoníaco, lo malo, como con todos los fanatismos y las plagas emocionales, sólo que en este caso es un intento de acabar con la ganadería.
“Este fue el origen de Novameat, una ‘start up’ cuya tecnología permite crear bistecs y filetes de cerdo y salmón a partir de elementos vegetales. Para ello, usa la bioimpresión, lo que le ha permitido crear «el primer bistec vegetal verdaderamente realista». El cinismo vendedor de declarar cerdo y salmón lo que no es.
Como corresponde a una época en que los fanatismos, los extremismos, los bulos están dominando nuestras vidas y coartando nuestra mente manipulando las emociones. Una época especializada en hacernos ver lo blanco negro. Lo dejo ya porque he de dar la vuelta al filete de ternera de Ávila que tengo en la plancha.
José Antonio Rodríguez Piedrabuena
Especialista en Psiquiatría y Psicoanálisis. Especialista en formación de directivos, terapias de grupo y de pareja