La política, una subasta

Todos los seres vivientes siguen aquí porque muy pronto, desde sus etapas como unicelulares tuvieron que aprender a distinguir lo bueno de lo malo. En los seres humanos este arcaísmo biológico se traslada también a su mente y si la educación, la formación y demás características que la hacen humana no están desarrolladas no discrimina, califica y decide lo bueno o lo malo distorsionando lo que percibe. Es una explicación del porqué nos drogamos, tema que me impulsó a escribir un libro hace tiempo. Fue una necesidad vital, pero dado su origen como supervivencia se suele tomar desde las emociones primitivas en buena parte no conscientes, desde la disociación de la personalidad con la que se predica una cosa y se hace la contraria. Valoramos al virtuoso, pero aupamos al depredador. Predicamos, pero no damos trigo.

Todo ello da sentido al psicópata que ataca, pero primero divide para debilitar la sociedad civil, para quitarle poder, cuestionar las instituciones que obstaculizan sus  proyectos de demolición: la monarquía, la enseñanza, la religión, la reconciliación nacional que dio lugar a la Constitución que tenemos. Las democracias tontas, como definía Fidel Castro a las mismas y su delfín Chaves y el resto que queda vivo. Atacar la democracia hablando su lenguaje. Denigran la extrema derecha y pactan con extrema izquierda, y con todos aquellos que atacan nuestra unidad. “Ahora España” pero ahora pacto con los anti-España.

“El desprestigio de los líderes también ha vuelto a poner en plaza pública la flojera curricular de la clase política actual. Una buena parte de los diputados y senadores no han trabajado nunca fuera de la política. Es decir, no son ni social ni laboralmente representativos de la sociedad española”, dice Joaquín Leguina.

Antipatía y división

Los psiquiatras podemos saber qué es un psicópata o narcisista manipulador, contradictorio, sin empatía, aunque la simula, utiliza el odio porque aglutina a muchos resentidos por diversos motivos. Pero a semejante personaje le interesa el poder, el dinero y utiliza el alma colectiva para despertar el odio, la división social como arma para conquistar y perpetuarse en él. Ya están divididos, y los que están contra mi ya han perdido fuerza. Aquí y en todas las naciones, personajes con estas características están activando la potencia salvaje, inconsciente del animal humano dando libre expresión en protestas incendiarias en distintas partes de este nuestro mundo.

De esta manera, manejan los grupos sociales provocando antipatía, división en lugar de pertenecía a una Nación de todos, rompiendo la continuidad en la que estábamos. Esto mismo o parecido se puede decir de casi todos los regímenes occidentales. En las elecciones y en España también han utilizado técnicas de guerra señalando, denigrando al “enemigo”, la provocación, la transgresión, buscando choques con los que están dentro del cordón sanitario mediante pugnas incoherentes. No es que digan, publiquen y aseveren algo y al día siguiente lo contrario es que se trata de crear inestabilidad e impotencia en el ciudadano, es su táctica política aquí en otras naciones.

Su palabra carece de valor porque detrás de lo que dicen se oculta otra intención, una característica del psicópata; hemos perdido la confianza en la política, en los políticos y de paso se duda de las instituciones. “Lideres de los partidos como auténticos sátrapas que han hecho desaparecer el intercambio de posiciones y la discrepancia”.

Con sus programas populistas, que en ningún caso son fruto de la empatía, si no una táctica para sustituir lo que desde siglos ya han ofrecido las religiones, la ayuda al desfavorecido. Al querer eliminar las mismas, se quedan con ese papel, pero como nicho de votantes profesando la fe del carbonero y comunión con ruedas de molino. Es como decir que están rompiendo la distinción entre lo verdadero y falso, como nos lo demostró para siempre Cervantes en el Quijote, aquel ideólogo de las leyes de la caballería. Todavía no se había escrito el Capital, ni Hitler “Mi Lucha/Mein Kampf”, su evangelio. Los ideólogos tienen una relación problemática con la realidad cuando la miran, ya sea política, económica o social. Lo demuestran creando una desconfianza e incertidumbre porque su palabra carece de valor, su discurso, su promesa, se sustituye por otra de la noche a la mañana atacando la inteligencia del ciudadano al que desprecian.

Mente de esquizoides

Creo que en muchas naciones se están eligiendo como líderes, como gestores a personas inmaduras, que como he dicho son narcisistas, prepotentes, con casi todos los rasgos del psicópata, que no tiene otros valores que su propio progreso. Con su personalidad inmadura, insana, su mente esquizoide entre buenos conmigo y el cordón sanitario a los otros; activan nuestro cerebro que de por sí ya está funcionando buscando culpables en el afuera, con categorías elementales y trazos gruesos, necesitando localizar el mal. Y salen vencedores porque tienen equipos que los transforman en algo que coincide con la mente primitiva estimulada mediante sus conocimientos de marketing y con asesores sin escrúpulos como ellos. Estos sujetos manipulan, reactivan toda esta mente de esquizoides que tenemos. Diríamos que la lucha política que sostienen es un tóxico de gran potencia para la mente. Mentes intoxicadas votan con la nariz tapada y con venda en los ojos. Porque su lucha política, su conducta y su manera de enredar, tergiversar, mentir, está mermando la salud, el pensamiento, la reflexión y la libertad para pensar a nivel plantario. Estamos dando poder, o se lo toman ellos, a personas capaces de desestabilizar la salud mental colectiva. Su finalidad última es el poder absoluto sin oposición y les estorba la democracia con su separación de poderes, las instituciones, el ejército tal como está que debe ser también asambleario, la propiedad privada y los que con su trabajo han hecho fortuna. La envidia es un motor de mucha potencia para activar instintos depredadores de estos personajes que lo quieren todo.

Por eso han convertido la política en una subasta, en la que se vende España en porciones y en la que pujan descaradamente aquéllos que quieren destruirla. Puja de dineros y prebendas vendida como progreso, como unión progresista. Por fin tenemos “El primer gobierno progresista de la democracia”. Ya no hace falta programa, ni explicar nada, no entender lo que quiere decir esa declaración, es de tontos, está expuesta para crédulos. Cuestionarla puede que sea de fascistas. Pero la verdad pura y dura es que estos personajes que votamos o que se instalan en el poder dada nuestra ingenuidad democrática, son representantes de ciudadanos que, como ellos, tienen sus mismos instintos, sus mismos anoréxicos valores, su visión de todo para los míos, y para mi, y las cosas deben ser elementales porque es lo que se digiere mentalmente mejor. Yo y ustedes votamos con el que nos identificamos, que se parece a nosotros. ¡Dime con quién andas y te diré como eres!

No tiene sentido criticar a los políticos si no a sus votantes. Por lo demás qué se puede esperar de ciudadanos amamantados por la televisión, adictos a teléfonos, con una Historia fabricada para perpetuar la división, dejando de lado la cultura, el arte, la ciencia, los valores. Pero con fútbol, influenciadores y redes sociales. Con el idioma español que hablan los machistas en Cataluña y en Andalucía sin poder subir a un podio con la bandera española. Lo que es no tener ningún líder.


José Antonio Rodríguez Piedrabuena 
Especialista en Psiquiatría y Psicoanálisis

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