El reciente evento sobre la industria de gestión de activos, organizado por la Asociación para el Progreso y la Dirección (APD) e Inverco, aportó conclusiones interesantes sobre la salud del sector, las preocupaciones que afectan a la industria, y los desafíos que tiene que afrontar. Con una asistencia superior a las 650 personas, el evento contó con una completa representación de los reguladores, gestoras grandes, medianas y pequeñas, empresas de asesoramiento, y medios de comunicación.
Cifras
Las cifras reflejan que el sector ha seguido creciendo, impulsado tanto por el escenario de mercados favorable hasta la fecha, como por los cambios introducidos por Mifid II.
Desde 2008, la industria ha pasado de AUM 232 Bn € a la expectativa de alcanzar 472 Bn € a cierre 2019. Más del doble. Sólo este año, el AUM ha crecido 10 Bn €. Y el número de partícipes alcanza ya los 15 millones. La rentabilidad media de los fondos en cualquier categoría en España, asciende al 5,34%, y ello teniendo en cuenta los bajos tipos de interés.
En la actualidad, hay 119 sociedades gestoras de IIC registradas en España, de las que cuatro se han creado este año. Un total de 1,9 millones de clientes minoristas han contratado servicios de asesoramiento, y 1,3 millones, de gestión discrecional. El AUM, en ambos, asciende a 75 bn €, generando unos ingresos de casi 600 millones de euros.
Preocupaciones
El nuevo escenario económico es una de las preocupaciones de la industria. Las incertidumbres derivadas de la guerra comercial EE.UU.-China, o el Brexit; los bajísimos tipos de interés que han invertido la curva y provocado rendimientos negativos en algunos bonos; y las expectativas de desaceleración, plantean a las gestoras el problema de cómo mantener los niveles de rentabilidad y crecimiento del negocio actuales.
Otra preocupación, esta vez compartida con el regulador, es el impacto de los cambios regulatorios relativos a la información al cliente sobre los mercados, así como la transparencia en la información sobre los ingresos y gastos. A lo que se une la perspectiva de reducción de ingresos por los cambios de normativa respecto a los incentivos.
Es en la parte normativa donde el regulador CNMV admite que más avances se han producido. La regulación de las cuentas ómnibus, el envío telemático de información a partícipes, la reducción del capital necesario para la creación de entidades, la reclasificación de los clientes, el envío de informes de análisis a los clientes, y el establecimiento de criterios para limitar las suscripciones de fondos, son medidas ya puestas en marcha.
Sin embargo, todo ello ha supuesto un esfuerzo extra para las gestoras, que “debilita las expectativas de negocio de los operadores” según reconoció la propia Vicepresidenta de la CNMV en su intervención.
Retos
Para afrontar este complejo escenario, los representantes de la industria señalaron varios retos que deben afrontar, con vistas a preservar su modelo de negocio.
El primero es conservar la confianza de los clientes, manteniendo el nivel de rentabilidad de los productos, en un escenario de bajos tipos de interés y empeoramiento de las expectativas del ciclo. El regulador, por su parte, dio cuenta de los esfuerzos que se han llevado a cabo para la preservación de la liquidez en las carteras de los inversores, a través de un estricto seguimiento y supervisión de los procedimientos de control , medidas de vigilancia, pruebas de estrés, y planes de contingencia.
El segundo es defenderse del estrechamiento de márgenes provocado por los mayores gastos y menores ingresos. La CNMV, por otro lado, explicó las medidas tomadas para la correcta selección de intermediarios financieros por parte de las gestoras, y para agilizar los procedimientos de autorización de nuevos operadores. Pese a ello, las gestoras ven factible un proceso de concentración de operadores en el corto y medio plazo.
El tercero es aproximar el tamaño y las tendencias en el relacionamiento gestora-cliente vigentes en el mercado español, hacia la situación de otros mercados europeos de nuestro entorno. La industria apuesta por ampliar la diversificación de los activos en los que invierte -un ejemplo es la ampliación de vehículos que invierten en activos inmobiliarios- , y por aprovechar al máximo las posibilidades de la digitalización, como herramienta que facilita la eficiencia en los modelos de distribución.
El último de los retos es reforzar la implantación de los criterios ESG en la gestión de los vehículos de inversión para incrementar la competitividad. En este campo hay un gran camino por recorrer, ya que según reconoce la propia CNMV, a junio 2019 solamente hay registrados 17 fondos solidarios, y 37 fondos gestionados con criterios ESG, que acumulan AUM por valor de 2 Bn €.
Javier Ferrer
Director Área Comunicación Financiera Proa Comunicación