Marcos de Quinto, exvicepresidente de The Coca Cola Company y exdiputado de Ciudadanos, participa en un nuevo vídeo de PROA en el que reflexiona sobre qué deberían hacer las compañías españolas ante esta crisis y sobre cuál ha sido su experiencia en relación a su etapa política. Por último, destaca el papel fundamental de la comunicación en este contexto: «Lo importante en comunicación es ser diferente».
Parece ser que los efectos más adversos de la pandemia podrán verse a partir del otoño. Nos gustaría conocer su opinión sobre sobre cómo puede afectar esta crisis a las empresas españolas a lo largo de este año.
La crisis va a afectar a todos los países y a todas las empresas. Aquí el problema no es si afecta o no afecta. El problema es la dimensión en la que va a afectar y yo creo que es lo que es inaceptable. En el caso de España, según señala el Fondo Monetario Internacional, es que vamos a ser uno de los países más dañados por esta crisis. Y la verdad es que todos deberíamos de preguntarnos el porqué. Hemos sido los más dañados desde el punto de vista de la crisis sanitaria, y ahora lo vamos a ser también desde el punto de vista de la crisis económica. Desde el punto de vista de la crisis sanitaria, yo creo que somos de los más dañados porque el Gobierno reaccionó tarde y mal, y yo creo que eso es parte de las circunstancias que están provocando que vayamos también a ser los peores de la clase en lo que se refiere a la crisis económica. ¿Y por qué digo esto? Porque creo que el Gobierno, como reaccionó tarde y mal para afrontar la crisis sanitaria, está en una situación de absoluto nerviosismo, de manera que la prudencia que no tuvieron al inicio de esta crisis quieren tenerla ahora a la salida de esta crisis, por lo cual han cometido bastantes errores. En principio hacerlo como muy estructurado, que luego al final los años lo han saltado por los aires. Empezaron también a hablar de que iban a tener cuarentena todos los turistas en un país en el que vivimos del turismo. Luego realmente han echado marcha atrás. Pero todo se demuestra en demostrar que les importa el tema cuando al inicio de la crisis demostraron una inconsciencia tremenda.
España es un país que tiene un gran talento empresarial y eso se ha demostrado dentro y fuera de nuestras fronteras. En su opinión, como empresario con una trayectoria internacional, ¿qué aspectos podrían mejorarse en la gestión empresarial en España?
Creo que nuestra economía necesita más libertad y mucha más apertura. Sigue existiendo cierto exceso de proteccionismo, no tanto externamente, sino también internamente. Si se ven a las grandes empresas o a los grandes propietarios de empresas que existen en España, probablemente sigan siendo los mismos de hace 20, 30 o 40 de hace 50 años. Sin embargo, algunas economías están en constante reinvención como la de Estados Unidos, mientras que en otras como la nuestra, no existe esa movilidad y ese dinamismo dentro de las esferas empresariales. Soy profundamente liberal, tanto en lo social como en lo económico, y creo que no hay nada más antiliberal que el capitalismo de amiguetes, porque muchos Gobiernos no favorecen a los mejores ni a los más competitivos, sino a los que tienen mejores conexiones.
De hecho, parte de esto lo hemos estado viendo durante esta crisis sanitaria, donde hemos visto que el Gobierno ha estado acudiendo a empresas de fuera recién constituidas, o que no se dedicaban a esto para traer materiales, o acudiendo a un bufete de abogados laboralistas que traían mascarillas, etc. Todo ese tipo de cosas son las que realmente hacen que una economía progrese o no. Por eso creo que es necesaria mucha más libertad y, sobre todo, también muchísima más transparencia. Es inaceptable que durante esta crisis el Gobierno haya cerrado el portal de transparencia. ¿Qué es lo que quiere ocultar? ¿Cuáles son los contratos, las contrataciones que han hecho en base a la no transparencia y restricciones a la libertad? Esto es muy importante para que una economía funcione bien.
También queríamos preguntarte sobre esto. Sobre tu reciente experiencia política.
Para mí la experiencia ha sido maravillosa, muy gratificante, porque ha sido un verdadero máster. Cuando te llevas toda la vida trabajando y luego ves dónde son las cocinas, donde realmente se están tomando las decisiones que te afectan en tu vida personal y en tu vida profesional, y estar de cerca y tocarlo, pues para mí ha sido una experiencia maravillosa. Lo más triste es constatar que existe mucha mediocridad, que estamos siendo dependiendo de gente que cuando la ves de cerca, cuando estás viendo en todos los debates, en todas las intervenciones, gente en general, porque hay muchas opciones, en general bastante mediocre. Me llevo cosas muy positivas. Por ejemplo, la mayor parte de mis compañeros. Son gente extraordinaria, gente que vienen de un mundo profesional y que son muy comprometidos también. Por otro lado, he visto gente que está en la política porque no tiene otro sitio donde estar. Han estado desde siempre y posiblemente si no estuvieran ahí, pues no podrían encontrar otra cosa. Y también hay otro tema que me ha sorprendido bastante es que, en el hemiciclo no existe mucha gente, existe demasiada gente que son expertos en economía y los que lo son lo son o porque son profesores de economía, o porque son inspectores de Hacienda, pero gente que entienda todo esto desde las empresas hay muy poca, y sorprende que esos diputados en ese conjunto puedan estar confeccionando o preparando leyes y tomando decisiones sobre asuntos donde no los han vivido. Pienso que sería muy interesante para el país que pudieran incorporarse más empresarios al Parlamento, independientemente de en qué partido se inscriban, pero que haya gente con mucha más experiencia empresarial. Esto ayudaría también al país.
¿Qué aspectos destacarías de lo que tiene que ser una buena comunicación en tiempos de crisis?
Bueno, yo ya me he dedicado a esto también desde otro punto de vista, pero lo he dirigido en una multinacional muy importante y no me gusta dar consejos, porque yo creo que cada uno tiene que tener su estilo. Una de las cosas que no me agradan es cuando las empresas tratan de hacer una comunicación que trata de ser grandilocuente, que trata de ser muy guay, que trata de asumir roles como casi de presidente de Gobierno, de inspirar a la gente. Yo creo que la honestidad siempre funciona. Decir a la gente por favor comprarnos, porque estamos con el agua al cuello y estamos en una mala situación, es malo decirlo. Se puede decir de una manera honesta y abierta. Y este tipo de cosas son para mí las que dan muchísima más autenticidad. Ahora, cuando todos nos ponemos super sensatos, aplaudiendo y animando, al final, pues ves que hay una gran convergencia en las comunicaciones de muchas corporaciones, ya sea un banco o una empresa de alimentación, pero van con un mensaje más o menos similar. Creo que en comunicación lo importante es ser diferente, mejor y especial, porque las similitudes al final no dan valor.