Hay áreas en las que uno sólo entra si está altamente especializado en ese contenido, o por lo menos, no debería (información financiera, por ejemplo). Sin embargo, hay otros temas en los que uno se siente autorizado a hablar, incluso en público, aunque sean temas altamente sensibles, sólo por el hecho de que nos afectan a todos. Este es el caso de la Salud. Como todos nos ponemos enfermos, cualquiera se siente capacitado para recomendar una dieta, una medicación, decirte lo que te pasa en realidad, opinar sobre las vacunas o escribir a la ligera sobre temas que pueden desencadenar una alarma social o despertar expectativas infundadas en pacientes cuya salud pende de un hilo.
Tanto los periodistas que escriben sobre salud, como los que gestionamos estos contenidos para diseñar estrategias que ayuden a que éstos lleguen de manera adecuada y rigurosa a otros profesionales sanitarios y/o investigadores, o a la opinión pública en general, necesitamos esta especialización.
La situación de los medios ha llevado paulatinamente a la desaparición de los suplementos de salud, que estaban respaldados por grandes firmas, con peso en la comunicación científica y médica, … a penas quedan ya unos pocos. Estas firmas también han ido desapareciendo: unos se han jubilado, otros han tenido que dedicarse a otros quehaceres, … y cada vez más nos encontramos con redactores que es la primera vez que trabajan un tema delicado.
Todos hemos tenido que aprender y todos nos hemos equivocado en el camino, pero hay una generación de comunicadores que hemos tenido el privilegio de formarnos, inspirarnos y aprender de las grandes firmas, que eran garantía de seguridad para el lector y que hacían que esas páginas resultaran interesantes.
A falta de formación, la institución, corporación o entidad que busca un referente en comunicación que les diseñe la estrategia, les ayude a construir reputación y les apoye en la gestión de ambas, debe apoyarse en personas con la experiencia suficiente como para poder adaptarse con rapidez a diferentes entornos, proyectos y necesidades. Esto lo da la seniority, tanto al frente de las Áreas, en este caso Salud, Farma y Tecnología Médica, como en los equipos que integran estas áreas.
De esta manera, se puede asegurar una comunicación de excelencia en el marco de una estrategia que contemple todos los escenarios posibles y cuente con la confianza de las personas clave en los medios de comunicación, para canalizar sus contenidos con rigor y eficacia.
*Dolors Marco es directora del área de Salud, Farma y Tecnología Médica de PROA.