El virus no solo deja miles de muertos -lo más doloroso y grave- sino un reguero de destrucción física y anímica, creando una incertidumbre tal como para pensar que no hay futuro. Los más optimistas hablan de que vienen un futuro muy distinto, muy nuevo, pero quizá más solidario y ecológico. Los apocalípticos lo que ven es un inmediato futuro de paro, cierre de actividades, penuria y dolor. Habrá de todo en ese futuro que no llegamos a intuir o comprender, pero la clave para que sea mejor de lo que esperamos solo reside en una actitud: la confianza.
El trabajo de las personas, las instituciones y empresas va a tener que basarse en la premisa de crear confianza. Confianza entre personas para superar la barrera creada por la amenaza de contagio; confianza hacia las instituciones basada en la credibilidad de los datos y de las soluciones aportadas para superar la gran crisis; confianza en el mundo laboral para generar el consumo apropiado de bienes y la facilitación de servicios que nos hagan una sociedad segura para crear ese futuro que ahora se nos ha escapado.
Muchas cosas cambiarán, otras volverán a ser lo que eran porque somos sociedades muy evolucionadas, mucho más de lo que cantan los agoreros de turno sean del signo que sean. Lo mejor del futuro es que esta por crear. Y quizá de las grandes crisis salgamos con actitudes mas frescas, positivas y libres para forjar una nueva aventura vital. El haber confrontado como sociedad y como individuos la amenaza cierta de la enfermedad e incluso de la muerte, de forma indiscriminada y sin lógica alguna, puede que nos haga respetar mas los valores sencillos y cotidianos que a veces damos por alto. ¿Seremos más espirituales, más respetuosos, más conscientes de las limitaciones de los humanos? Seguro que sí. Tendremos por tanto una sociedad más humana, y nuestros lideres políticos o empresariales deberán estar mas dedicados a lo virtuoso. Así conseguiremos entre todos generar confianza.
Ahora mismo se nos ha vedado la capacidad de movimiento y hemos aprendido lo que algunas sociedades han sufrido por otras razones, en general políticas, que el mayor valor de los seres humanos reside en su libertad, y que de ahí nacen sus mejores capacidades. Nos hemos auto limitado -sin paseos, sin viajes, sin consumo, …- para ganar el futuro. Solo lo alcanzaremos cuando las formas de viajar, de relacionarnos, de trabajar sean efectivamente seguras. Cuando hayamos alcanzado la confianza de que lo son.
No creo por tanto que haya otra cuestión más delicada e importante para trabajar en el campo de la comunicación que la referida a la creación de ese valor supremo que necesitamos para los intercambios de todo tipo, y en el que está basado desde el intercambio del saber al económico. Creemos las bases de seguridad, y a partir de hay fortalezcamos los mecanismos que nos devuelven la confianza como sociedades libres.
Ciudadanos y empresas hemos perdido confianza en el futuro. Por eso de ahora en adelante reforzar los mecanismos de comunicación que nos la devuelvan es lo fundamental. Confianza en sí mismo, sin predeterminar si el futuro será así o de otra manera, porque si tenemos confianza tendremos también la libertad para volver a hacer que sea el mejor de los futuros.
En el caso español, la confianza que cerca de cuarenta millones de visitantes depositaban en nosotros -como espacio cultural y de ocio- pueden haberse resquebrajado con un alcance temporal que puede destruir toda una industria. Es el ejemplo más llamativo. Si en un tiempo vendimos al mundo que “éramos diferentes”, quizá hoy el valor de la confianza pase por restaurar que “estamos todos en el mismo nivel”. Solo así nos encontraremos a salvo en un futuro de nuevo próspero.
Javier Martín-Domínguez
Presidente del Club Internacional de Prensa. Corresponsal en Washington, Nueva York y Tokio para Radio Nacional, TVE y La Vanguardia de Barcelona. Máster en Comunicación por la Universidad de Nueva York The New School for Social Research. Realizador de cine y televisión, asesor de comunicación y alto ejecutivo de empresas audiovisuales, fue director de canales temáticos y secretario general de TVE. Ha dirigido el festival de cine de Sevilla.